Y si es una enfermedad?

Siempre es difícil hablar de enfermedades psíquicas, da miedo. Aun y así es muy importante no callarlas. Mucha gente a lo largo de su vida pasa por un episodio de lo que se podría categorizar como enfermedad mental. Solo por la depresión según diferentes estudios pasa de 20 a 25% de gente. Al mismo tiempo incluso en casos graves menos de la mitad busca ayuda profesional.

Tristeza, cansancio, agresión, incluso alteraciones de la percepción son una parte normal de la vida. Pero a veces esta parte empieza a desplazar la otra, se vuelve demasiado larga o aguda. Si sospecha que su estado ha pasado más allá de la normalidad, es imprescindible acudir a un especialista. Lo antes lo llega a hacer, más probabilidad hay de quedarse a flote. Yo he recibido la formación en psicología clínica y siempre aviso a mis clientes si necesitan una consulta psiquiatrica.

La psiquiatría en Europa hace tiempo dejó de significar encarcelación en un hospital y medicalización dura y constante. Cada vez hay más enfoques que minimizan la medicalización (por ejemplo en Finlandia). A veces una intervención farmacológica durante un tiempo determinado puede ser necesaria para poder avanzar con el trabajo psicoterapéutico. Las personas que han pasado por una enfermedad mental (incluso a veces crónica) a menudo vuelven a la vida plena en el sentido laboral y familiar. Lo importante es pedir ayuda a tiempo y saber que un diagnostico psiquiátrico no es una condena para toda la vida, sino una guía para la acción.

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